lunes, enero 18, 2010

Las semillas cósmicas

El rostro de un Universo casi recien nacido...esta fue la imagen que hace 20 años el observatorio espacial COBE ofreció al mundo, una mirada hacia el origen que marco un punto de inflexión para la cosmología, que desde ese momento tuvo nuevas y mas solidas evidencias para apoyar la teoría del Big Bang (El Cosmos nació en un momento concreto) en detrimento de la del estado estacionario (El Cosmos no tiene principio ni final, existe desde siempre), que aun seguía teniendo destacados defensores en la comunidad científica.

El descubrimiento de la radiación de fondo de microondas en 1965 era, aparentement,e una prueba sólida del nacimiento del Cosmos, pero tenia un grave problema...y es que parecía totalmente homogenea, sin variaciones, lo que era un problema, pues para explicar la formación de las Galaxias y otras estructuras cósmicas era necesario que existieran irregularidades en ella, puntos "calientes" que fueran las "semillas" alrededor de las cuales se agrupara la materia y diera forma al Universo tal y como lo conocemos. Pero no había nada. Quizas la teoría del Big Bang, tal como se imaginaba, estaba equivocada?

Para intentar dar una respuesta definitiva, la NASA construyó el satelite COBE, un proyecto que sufrió muchos retrasos, entre otros motivos porque incialmente estaba previsto que viajara a bordo de uno de los transbordadores espaciales, que suspendieron sus vuelos tras el desastre del Challenger en 1986...finalmente, el 18 de Noviembre de 1989, fue puesto en órbita mediante un cohete Delta y empezó a rastrear durante 4 años la bóveda celeste.

Finalmente, el 23 de Abril de 1992
, se anunció que se había detectado las esperadas irregularidades en el fondo de microondas, tal como vemos en la imagen superior...eran realmente pequeñas, con variaciones de temperatura del orden de apenas 1/100.000, pero allí estaban y con ellas se encajaba una parte fundamental del puzzle Cósmico. No fue este la única aportación científica del COBE, pero para la historia quedó como el responsable de este trascendental descubrimiento, que dió tantas respuesta como generó nuevos interrogantes a desvelar para aquellos que llegaron tras el.


El COBE, con sus tres instrumentos principales: El Radiómetro Diferencial de Microondas (DMR), El Espectrofotómetro Absoluto del Infrarrojo Lejano (FIRAS) y el Experimento Difuso para el Fondo de Infrarrojos (DIRBE).

El WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) fue el sucesor del COBE y nos ofreció una imagen mucho más detallada de lo que ya había descubierto el primero.

COBE Satellite Marks 20th Anniversary

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