domingo, abril 24, 2016

Post Vintage (182): La montaña en el centro de un mar blanco

Lunar Reconnaissance Orbiter nos ofrece espectaculares imágenes del pico central del cráter Thycho.

Si un día de Luna llena miramos el rostro de nuestra compañera celeste seremos capaces de observar, incluso a simple vista, algunos detalles de su superficie, destacando, claro esta, los oscuros mares recortándose sobre el brillante disco. Sin embargo, si nos fijamos algo mejor o disponemos de unos simples prismáticos, algo más llamará nuestra atención: Un brillante cráter situado en la parte inferior, no excesivamente grande pero que, rodeado de una corona de rayos que se extiende por buena parte de la cara visible, le hace que destaque sobre todos los demás.

Estamos ante el cráter Tycho (en honor al astrónomo danes del siglo XVI Tycho Brahe), una de las formaciones más destacables de la cara visible de la Luna gracias, precisamente, a su notable brillo, fruto del hecho de ser mucho más joven que el terreno circundante, con una edad calculada de 108 Millones de años a partir de las muestras traídas a la Tierra por el Apolo 17, que alunizó relativamente cerca y directamente sobre terreno "brillante". Con el paso de las eras, como les ocurrió a sus vecinos, ira apagándose lentamente a medida que la erosión (micrometeoritos, viento solar, ect..) vayan borrando las tenues huellas de su nacimiento.

Sin duda es un lugar digno de verse, no solo por su "corona" de rayos, algunos de los cuales se extienden hasta los 1500 Kilómetros de distancia, si no por el propio cráter en si mismo. Laderas escarpadas, señales de vulcanismo (probablemente provocado por el propio impacto), un terreno que se enfría mucho más lentamente que el que le rodea (señal de la presencia de materiales diferentes a los que existen fuera de el) y un espectacular pico central que se eleva casi dos Kilómetros.

Y es precisamente este último elemento el que la Lunar Reconnaissance Orbiter capturó para la posteridad. La extraordinaria resolución de su cámara (LROC) sumado a una luz solar que incidía sobre la zona con un ángulo muy bajo proporcionó una vista realmente espectacular que deja ver toda su majestuosa complejidad, fruto de su violento nacimiento.

"Las formaciones de Tycho son tan extremas porque el cráter es joven para los estándares lunar, apenas 110 millones de años.¿Fueron estos afloramientos tan característicos formados por el aplastamiento y deformación de la roca a medida que crecía el pico? O representan capas de rocas preexistentes que permanecieron intactas a la superficie? Podemos imaginar a futuros geólogos caminando cuidadosamente a través de estas empinadas laderas, recolectando una gran diversidad de estas rocas, nacidas en las profundidades", explica Mark Robinson, perteneciente al equipo científico de la Lunar Reconnaissance Orbiter.

Aunque fue estudiado por el Apolo 17 e incluso, varios años antes, recibió la visita de la sonda Surveyor 7, que aterrizó en el, las imágenes de la LRO suponen las mejores fotografías jamás tomadas de este famoso cráter, conocido desde el Siglo XVII desde las observaciones del astrónomo Anton Maria Schyrleus de Rheita, y que fue el lugar elegido por Arthur C. Clarke para situar el monolito lunar de la novela, y posterior película, 2001:Una odisea en el espacio.

Y aunque no hay misteriosos monolitos a la vista, en su lugar tenemos un paisaje de una desolación extremadamente hermosa.

Una pequeña sorpresa en la cima: Una enorme roca de unos 120 metros.

El mapa de la Luna dibujado por Anton Maria Schyrleus de Rheita en 1645, con el crater Thycho y su corona claramente destacados junto con los oscuros mares.

El monolito de la Luna enterrado en el interior de Thycho. La fama de este cráter hizo que fuera en el donde se situara uno de los puntos culminante de 2001:Una odisea en el espacio.

Spectacular View from LRO of Tycho Crater’s Central Uplift

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