martes, julio 26, 2016

El vuelo del nuevo Ícaro

Solar Probe Plus entra en la fase definitiva para su construcción. 

La NASA lo denomina fase D, y marca en que una sonda entra en fase de desarrollo avanzado, lo que significa que se terminará su construcción, se instalan sus instrumentos científicos, se la pondrá a prueba simulando las condiciones de lanzamiento y espaciales, para así probar que se encuentra lista para el desafío, y finalmente se procederá a su lanzamiento. Y ese momento llegó para la que será el objeto humano que más cerca del Sol haya nunca estado, un enviado que buscará alcanzar al astro rey, casi tocarlo directamente.

"Llegar a esta etapa es muy importante para el equipo y todos los grupos implicados", explica Andy Driesman, director del proyecto Solar Probe Plus "Esto demuestra que hemos diseñado una nave espacial, instrumentos y una misión que puede hacer frente a los retos de ingeniería asociados con el duro entorno solar , y enviar los datos que los científicos han buscado durante décadas". Y ciertamente es uno de los grandes sueños de la astronomía moderna. Uno que iniciará su camino para ser una realidad a mediados de 2018, en algún momento entre el 31 de Julio y el 19 de Agosto, cuando este explorador solar se lance hacia su ardiente destino.

Aún quedan 2 años para ese momento, pero para celebrar que ahora ya nada parece poder detener el que se convierta en una realidad, conozcamos un poco esta sonda extraordinaria en 5 puntos. 

1) Tocando nuestra estrella: ¿Como fluye la energía del Sol? ¿Cómo se calienta la atmósfera exterior? ¿Por qué es la Corona Solar mucho más caliente que la Fotosfera? Y cómo se acelera el viento solar? Estas son algunas de las principales preguntas que Solar Probe Plus deberá responder, algo que sucederá cuando tenga la oportunidad de volar a través de la corona solar, algo que los científicos han querido hacer desde hace 60 años, pero a lo que no podían aspirar hasta que la tecnología ofreciera las herramientas adecuadas. "Es una verdadera misión de exploración. Por ejemplo, la nave pasará lo suficientemente cerca del Sol para ver la velocidad del viento solar desde subsónica a supersónica y volará a través del lugar del nacimiento de las partículas solares de alta energía. Sin embargo, como con cualquier gran misión de descubrimiento, es probable que genere más preguntas que respuestas", se explica en la web del Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, responsable de su construcción

2) Múltiples encuentros con Venus: Es muy común para una sonda usar la gravedad de algunos de los planetas para adquirir la velocidad y trayectoria necesaria, reduciendo sus necesidades de combustible (lo que ahorra peso en el lanzamiento). Sin embargo, la Solar Probe Plus deberá adentrase como ninguna otra hizo antes en el pozo gravitatorio del Sol, y por tanto deberá afrontar un "juego de billar" celeste realmente complicada, con nada menos que 7 encuentros con Venus entre 2018 y 2024. Sin embargo esto ofrecerá una oportunidad añadida de estudiar este mundo, y algunos de sus instrumentos científicos se activará durante esos encuentros para recabar datos. Así que, en cierta forma, también protagonizará una misión venusiana.

3) En el fuego: Solar Probe Plus tendrá que soportar, como es lógico imaginar, una tremenda cantidad de calor, una radiación 520 veces más intensa que La Tierra, ya que llegará a situarse a solo 5,9 millones de kilómetros del Sol, cerca de siete veces más cerca que Mercurio. Esto también supera holgadamente el récord establecido por la sonda Helios 2, que en 1976 llegó a solo 44 millones de kilómetros. Desde esta posición privilegiada observará el nacimiento del viento solar, la transferencia de energía a través del Sol, y algo llamado "plasma polvoriento" (gas sobrecalentado con partículas suspendidas en ella) que rodea a nuestra estrella 

4) Locura magnética: El Sol tiene una gran cantidad de misterios sin responder, especialmente aquellos que rodean a su campo magnético. El principal de ellos por qué se invierte su polaridad cada 11 años, en un ciclo que lleva a nuestra estrella desde un punto de mínima actividad, sin apenas manchas solares, a convertirse en un monstruo hiperactividad escupiendo llamaradas solares, y viceversa. Parte de la misión Solar Probe Plus es sondear el campo magnético y otras partes del nuestra estrella para hacer una mejor predicción sobre su comportamiento, algo vital para una civilización tecnológica como la nuestra, tan dependiente de los satélites para funcionar. "La compleja superposición de líneas puede enseñar a los científico como el magnetismo del Sol cambia en respuesta a los movimientos constantes sobre y dentro de el. Observe cómo los campos magnéticos son más densa cerca de los puntos brillantes visibles  - que son regiones magnéticamente muy activas - y muchas de las líneas de campo enlazan una región activa a otra".

5) Defensas al máximo: Para hacer frente a las condiciones terroríficas que se encontrará, la Solar Probe Plus estará dotada de un enorme y grueso escudo de carbono reforzado con fibra de carbono. Sus paneles solares serán móviles, retrayéndose y extendiéndose según sea necesario. Algunos de estas tecnologías resistentes al calor son un legado de la sonda MESSENGER. Un recordatorio que nada es totalmente independiente, y que lo aprendido de una sonda, tarde o temprano, termina volcándose en otra posterior.

El Ícaro moderno, tal como hizo su antepasado mitológico, volará hacia el Sol. Solo queda esperar que esta vez sus alas no se quemen por estar demasiado cerca de astro rey, y en cambio nos desvele los misterios que aún esconde la más cercana de las estrellas.

Solar Probe Plus será nuestra primera misión al corazón del Sol, algo soñado desde hace 60 años por los astrónomos.  

Solar Probe Plus: We're Going to Dive Into the Sun

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