sábado, abril 29, 2017

La Tierra que nunca pudo ser

Descubriendo un exoplaneta de la misma masa y distancia a su estrella que el nuestro, pero sumergido en el frío más intenso. 

Que ahí fuera, más allá del Sistema Solar, existen innumerables mundos ya es una realidad no solo contrastada sino en constante aumento, a medida que se van acumulando más y más descubrimientos. Y cuya variedad es extraordinaria también. No es una sorpresa, si tenemos en cuenta que solo en nuestro rincón estelar cada uno de los planetas que lo conforman tiene una personalidad bien definida, con características propias que los diferencian de los demás, dejando en evidencia que cada uno siguió su propio camino a través de las eras. Y eso vale tanto para el Sol como para el resto de estrellas de nuestra galaxia.

El último ejemplo de ello llega de la mano del ahora conocido con la denominación oficial de OGLE-2016-BLG-1195Lb, un exoplaneta situado a unos 13.000 años luz de la Tierra y que sin lugar a dudas tiene varias características interesantes. Una de ellas la forma en que se descubrió, utilizando la técnica llamada de "micro-lente", termino que se utiliza para definir el fenómeno en que una estrella cruza por delante de otra estrella brillante en el fondo, momento en que la gravedad de la primer centra la luz de la segunda, haciéndola parecer más brillante. Básicamente como si fuera un telescopio celeste. Y si esta última tiene un planeta, el efecto se magnifica.

Y eso es precisamente lo que hizo 1195Lb, causando un aumento extra en el brillo resultante y delatando su presencia, además de permitir suponer con mayor o menor precisión algunos de sus características, como su masa y distancia a su Sol. Una técnica que es especialmente valiosa para mundos lejanos y de poca masa.

Pero si algo convierte a este exoplaneta en un objeto realmente curioso es que tiene la misma masa que la Tierra, y se encuentra en la misma distancia de su estrella. Pero aquí acaban las semejanzas, ya que esta última es muy, muy diminuta y tenue, tanto que en realidad no está claro que sea una estrella o su vertiente fallida, una enana marrón. Su masa es del 7.8% de la del Sol, moviéndose en el filo entre ser y no ser. Sea cual sea la repuesta lo único seguro que el calor recibido por este mundo será mínimo. Un lugar gélido, congelado en el tiempo, más frío que Plutón, por ejemplo. 

Tenía todo para ser como el nuestro, pero le falló lo más importante, un Sol digno de ese nombre. Un recordatorio de que la Tierra, tal y como la conocemos, como un oasis de vida, es el fruto de la conjunción de una serie de afortunadas circunstancias. Un juego de azar que posiblemente tuvo lugar miles de millones de estrellas, y que sigue teniendo lugar en otras tantas actualmente en pleno proceso de formación.

El OGLE (Experimento de lente óptica gravitacional), desde el  Observatorio Las Campanas en Chile, y el telescopio Spitzer, los responsables de este nuevo hallazgo.

Si es una estrella activa podría ser parecida a la tenue y fría enana roja como TRAPPIST-1. Pero en este último caso sus planetas están muy cerca de ella, por lo que siguen recibiendo calor suficiente para mantener agua líquida en la superficie. OGLE-2016-BLG-1195L, sin embargo, se encuentra tan lejos como lo está la Tierra de su Sol, y recibe menos luz y calor que Plutón.

-"Para ser el planeta Hot hace un frío que te mueres" - "Eso lo dices porque no has estado en OGLE-2016-BLG-1195Lb".

'Iceball' Planet Discovered Through Microlensing

1 comentario:

Benja dijo...

Impresionantes hallazgos que se hacen últimamente en los estudios de exoplanetas. Y eso que no hemos visto nada, imaginate en el 2018.
Sin embargo hay algo que no me agrada de todo esto. Aunque descubrieran otro planeta identico al nuestro 100% habitable si esta a mas de 1000 años luz simplemente es INALCANZABLE. ni los nietod de mis nietos de mis nietos lo podran alcanzar.
Pienso entonces que el esfuerzo de exploración debe seguir siendo prioritario aqui en el vecindario solar.
Atte. Benja Carranza