viernes, octubre 27, 2017

La Matrioska joviana

Desvelando los secretos del interior de Júpiter.

Desde su llegada, Juno no deja de sorprendernos con sus increíbles imágenes, sin lugar a dudas lo más mediático de toda su misión. Pero eso no deja de ser una pequeña parte, y hasta cierto punto secundaria y sin relación directa con los objetivos científicos buscados, de todo lo que está haciendo este increíble explorador interplanetario. Porque su meta, más allá de esas imágenes, es desvelar la estructura interna del mayor de los planetas de Sistema Solar, adentrarse en su campo gravitatorio hasta donde nunca nadie había gozado hacerlo, casi rozando sus nubes. Y a través de las ligeras variaciones, cambios y fluctuaciones detectadas, ser capaz de entrever lo que se esconde bajo ellas hasta cientos o miles de Kilómetros.

Los resultados están empezando a llegar, y con ello se están abriendo ventanas a un reino hasta ahora desconocido, que nos ofrecen tantas respuestas como nuevos enigmas. En cada vuelo cercano, la sonda mide el complejo tirón gravitacional del planeta, que ya han revelado que Júpiter tiene un núcleo pequeño, "difuso" y poco definido, al que se suma el descubrimiento que la actividad que vemos en su superficie, toda esa vorágine de nubes y vientos huracanados que esculpe su conocido rostro no se limita a una capa superficial, como se pensó en su tiempo, sino que se extiende hasta al menos 3000 Kilómetros de profundidad. Además Juno desveló el campo gravitacional de Júpiter está "torcido" , con diferentes patrones en sus hemisferios norte y sur.

Eso sugiere que su gas rico en hidrógeno está fluyendo asimétricamente en las profundidades del planeta, y que su interior se parece a una de esa Matrioska rusas, compuestas de diversas muñecas una dentro de la otra. Aún más significativo, los datos previos indican que la famosa Mancha Roja tiene raíces que se adentran cientos de kilómetros, o puede que incluso más. Uno de los objetivos prioritarios de los científicos de esta misión es intentar obtener datos gravitatorios suficientemente profundos para desvelar hasta donde llega. No está claro hasta que punto será posible, pero se intentará.

Juno también ha estado observando las profundidades de Júpiter de otras maneras. Una gran sorpresa fueron los cúmulos de ciclones en cada polo, vistos por las cámaras de Juno en longitudes de onda visibles e infrarrojas. Hay ocho ciclones alrededor del polo norte y cinco alrededor del polo sur, y todos todos son un misterio sin resolver, porque los modelos informáticos sugieren que tales tormentas no deberían ser estables, estando como están incrustados en los vientos polares. No se sabe que hacen ahí, que los alimenta y porque permanecen aparentemente estables. Está claro que algo por debajo de ellos, la misma dinámica atmosférica que subyace debajo de ellos, y que ahora estamos viendo que es mucho más compleja de cualquier cosa imaginada anteriormente.

El gigante planetario del Sistema Solar se nos va mostrando poco a poco de una complejidad igualmente gigantesca, mucho más que la simple bola de gases rodeada de una fina capa de actividad atmosférica exterior que podíamos haber imaginado hasta no hace tanto. Y en su interior se pueden esconder algunas de las claves para comprender mejor el proceso que llevó a la formación del Sistema Solar, y por extensión de todos los sistemas planetarios del Cosmos.

El exterior de Júpiter es un extraordinario caos de vientos, y tormentas, ciclones y bandas nubosas. Ahora sabemos que esto podía extenderse varios miles de kilómetros en profundidad.

El tirón gravitatorio planetario y sus variaciones parece señalar que diferentes corrientes de gas está fluyendo en el interior, que lejos de comportarse como un cuerpo sólido y no diferenciado. las muñecas rusas Matrioska son un ejemplo de cual es la visión que Juno está revelando de la estructura del planeta. 

Jupiter's stormy winds churn deep into the planet

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